The Blind Watchmaker

"The Blind Watchmaker" o "El Relojero Ciego" para los vernáculos, cuyo título está inspirado en un libro homónimo , es un blog que se me ha dado por crear para darle forma a algunas cosas que se me pasan por la mente muy de vez en cuando y que así parezca que no hablo solo, pretendo en principio que sea un lugar de divulgación científica, literaria y cultural, donde debatir libremente sin pelos en la lengua.

domingo, 5 de abril de 2015

Pan y Circo, las dos caras del populismo




La última cita electoral ha dejado una resaca política que seguirá repercutiendo durante algún tiempo, ciertamente hasta las elecciones municipales. Una de las víctimas de las urnas ha sido UPyD (e Izquierda Unida, que al menos se mantiene en el parlamento) y más en concreto su "lideresa", Rosa Díez. La cual -cita de Churchill de por medio- ha negado la mayor. Pero si algo ha marcado estas elecciones han sido los nuevos partidos, en lo que los partidos clásicos tachan de diferentes vertientes de "populismo".

¿Pero sabemos los españoles -sí, los políticos también son españoles- lo que es el populismo? No lo tengo tan claro. Se habla de políticas populistas, medidas populistas, partidos populistas... sin embargo ni los académicos (y hablo a nivel internacional) han sabido alcanzar el consenso en su definición. Es por eso que mucha gente en España cree saber lo que es el populismo, y si está bien o está mal. Basta decir con que populismo, como término, pese a encontrarse hasta en la sopa, no aparece en la RAE. Sí lo hace, populista (1. adj. Perteneciente o relativo al pueblo). Podemos deducir, por tanto, que populismo es aquello perteneciente al pueblo... o a la masa de la de población, en conjunto... si nos ponemos imaginativos. 

¿Como se salta de una definición tan inocua a un término tan cargado de significados (en su mayoría indeseables) como es "populismo"?
Pues -y aquí soy yo el que me tiro a la piscina- porque en España se ha distorsionado, estirado con un chicle y lanzado como arma política en los debates, hasta que populismo ha llegado a ser sinónimo de demagogia. Veréis:
demagogia.
(Del gr. δημαγωγία).
1. f. Práctica política consistente en ganarse con halagos el favor popular.
2. f. Degeneración de la democracia, consistente en que los políticos, mediante concesiones y halagos a los sentimientos elementales de los ciudadanos, tratan de conseguir o mantener el poder.
 Ahora bién, esto no es populismo, o no lo que todo el mundo considera populismo, aunque algunas definiciones se le acerquen. Es cierto que para muchos académicos el populismo no deja de ser peyorativo. Pero (me he tomado la libertad de hacer un ámplio repaso del término populismo) más allá de todas las diferentes definiciones, hay puntos comunes en lo que se define como populismo. Los compenentes centrales del mismo, según Ben Stanley (2009) podrían ser los siguientes:
    1.  ‘El pueblo o la gente’ y  ‘la élite’ ( o más comunente en los últimos tiempos, 'la casta') como un medio de análisis. 
    2.  El antagonismo entre ambos términos
    3.  La idea de soberanía de la gente/pueblo (popular). 
    4. La valoración positiva de ‘el pueblo’ y la denigración de ‘la élite’  
     En resumen, cuando hablamos de populismo, una buena definición representa un reto, no solo por la falta de consenso, sino por las presunciones normativas sobre el término e incluso  con una definición clara, nos encontramos con problemas relacionados a como el concepto de populismo se aplica realmente para definir el fenómeno político. 

    Los estudios más recientes parecen sugerir que el populismo no es sólo una retórica apurada, sino una ideología, aunque una "débil de centro". Siguiendo las ideas de Michael Freeden una ideología débil de centro es una "que se separa arbitrariamente de contextos ideológicos más amplios, por la eliminación deliberada y sustitución de conceptos" (Freeden, 1998). Si hemos de creer esto, el populismo de por si, no contaría con un plan de cómo una sociedad debe funcionar. Otros elementos ideológicos pueden y, finalmente, deben añadirse a su núcleo para complementar esas carencias. En las palabras de Stanley (2008) "el populismo es difuso en su falta de un centro de gravedad programático y abierto en su capacidad para convivir con otras ideologías mas comprensivas". Encajando  con la afirmación de que "el populismo no tiene valores fundamentales y es 'camaleónico' ya que su color ideológico depende del contexto y de los valores del 'sentimentalistas' a los que se hace un llamamiento" (Taggart, 2004). Margaret Canovan (1982) dice sin embargo, que esta falta de un programa hace que sea difícil hablar de una "ideología populista". Según ella, sería mejor para "construir una tipología descriptiva que clarifica las formas en las que se utiliza el término y lo suficientemente amplias como para hacer justicia a la diversidad de los movimientos e ideas que se trate".

    Si consideramos el populismo como una ideología real (débil) podemos después, diferenciar a los populistas de los actores políticos no populistas. Y, sin embargo, el populismo no puede ser entendido como una característica 'fíja' de un tipo de partido o un político. Incluso se ha definido como una estrategia política, por lo que el populismo puede ser considera una herramienta para un líder para buscar el poder. Durante años, las definiciones de populismo se han ido formando, inicialmente con acercamientos al tema sin siquiera delimitar el término.

    Todo este "dolor de cabeza" a la hora de definir el populismo no ha cesado. Si bien, desde una visión más empírica hay definiciones que parecen explicar mejor los casos actuales que se tildan de populistas. Ya sea como ideología (débil) o como una herramienta (transitoria o no) hacia el poder, hoy en día se puede entender al populismo como un concepto que capitaliza la importancia de la gente (y su antagonismo frente a una élite), que para mantenerse efectivo debe recalcar el conflicto y un constante estado de "sentimiento de crisis" (Taggart, 2002) y que centra su discurso en torno a la devolución al pueblo de las redes que han sido tomadas por la élite y que se sustituyen por los populistas. 




     Finalmente entre las múltiples definiciones, otra aportación (importante o no, según a quien se pregunte) es la de Kurt Weyland (2001), "El populismo se define mejor como una estrategia política a través del cual un líder personalista busca o ejerce el poder del gobierno basado en el apoyo directo, sin mediación y no institucionalizado de un gran número de seguidores en su mayoría no organizados (las masas populares)." En esta definición nos encontramos con la famosa figura del "líder carismático" que tanto se asocia en España al populismo.

    Así que después de todo el rollo que he soltado, espero que de aquí se pueda sacar una terminología que se pueda aplicar al panorama político actual a la hora de saber qué es populista y qué no lo es. En el caso de Rosa Díez, su figura aupó a UPyD en sus primeros pasos -recordemos que muchos conocen a la formación magenta como "el partido de Rosa Díez"- es normal que un desgaste de la lideresa se vincule a un desgaste del partido y viceversa, los mejores resultados de UPyD también mostraban a Díez como la política mejor valorada. Igualmente podríamos hablar de como Ciudadanos recoge el guante de esa "ideología débil de centro" de manera exitosa. Y personalmente tampoco podría negar como Podemos se amolda a estas definiciones populistas, incluído el "macho Alfa" de Pablo Iglesias, como ciertos sectores se afanan en llamarle. 

    Para acabar, el populismo siempre ha estado ahí, solo hay que saber darle un pulido y un abrillantado de vez en cuando para que parezca nuevo. Las dos caras del populismo a las que hace referencia el título son la dificultad de crear un modelo de garantías y sostenible en el tiempo sobre algo tan efímero y cambiante como la "razón popular". Lo que no quiere decir que el populismo no sea válido o efectivo. Tiene sus ventajas y hasta se podría argumentar que su presencia en cierto grado es necesaria (o inevitable), pero también tiene un "lado oscuro" que hay que tener siempre presente. El saber lo que quiere la gente y cuando lo quiere es lo que sostiene y derrumba al populismo, mientras tanto: Pan y circo 




    P.D: esta entrada no pretende desprestigiar o ensalzar el populismo (o a los partidos que identifico dentro del espectro populista), sino darle un marco teórico al término como a cualquier otra estrategia/ ideología para poder entenderlo mejor. Bueno, eso y que tenía por ahí hecho un trabajo sobre populismo y ya que estamos...





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