Por fin han llegado las lluvias y los paraguas a Galicia , pero últimamente no solo es agua lo que cae del cielo , parece que están de moda los satélites descontrolados .
El primero de ellos fue el UARS , un satélite de casi 6 toneladas ( de las cuales 26 fragmentos de una masa de 500kg sobrevivieron al reingreso en la atmósfera), dedicado a investigar el Ozono en la atmósfera superior y a cargo de la NASA desde 1991 hasta 2005, cuando quedó inoperativo. Cayó el 25 de septiembre , según la agencia espacial estadounidense , en el pacífico frente a la costa Oeste de USA tras sobrevolar una amplia zona de la Tierra. Le siguió a éste, un mes después , el satélite científico alemán ROSAT de 2'69 toneladas, que consistía en un telescopio de Rayos X dedicado a investigar los agujeros negros y las estrellas de neutrones , lanzado en el 90 , se retiró nueve años después por un fallo en su sistema de guía. Desde entonces, empezó perder altura continuamente, hasta que finalmente impactó, dividido en 30 fragmentos de 1'87 toneladas, ayer en el Índico, en la bahía de Bengala . Si se hubiera desviado solo unos minutos ( se entiende minutos como unidad cartesiana , no como unidad de tiempo ) hacia el noroeste habría impactado en Tierra causando una desgracia prácticamente sin precedentes. Dos ciudades chinas con millones de habitantes cada una, Chongqing y Chengdu, podrían haberlo recibido. El próximo en penetrar la atmósfera terrestre será el NanoSail, un pequeño satélite experimental de la NASA, cuya caída a Tierra está prevista para esta semana. Parece que el incremento de la actividad solar ha podido acelarar la caída de alguno de estos satélites , que por otro lado no son un caso expecional , la estación Skylab de la NASA, de 75 toneladas, ya se estrelló en Australia en 1979, por lo que la NASA tuvo que pagar una multa. La última estación espacial rusa, la MIR de 135 toneladas, cayó al Pacífico en 2001, pero se trató de un descenso guiado. Además la basura espacial está llegando a un punto crítico con más de 22.000 objetos lo bastante grandes para ser seguidos desde la Tierra y que pueden suponer un grave problema en el futuro , tanto por su posible entrada en órbita como por la posibilidad de colisionar continuamente y producir más desperdicios todavía.
Los investigadores señalan dos eventos de los últimos años que han aumentado considerablemente la cantidad de desperdicios en órbita y que pueden resultar peligrosos para el futuro. En 2007 China probó un arma anti satélite destrozando una sonda meteorológica inoperativa. Esta nave se convirtió en más de 150.000 pequeños objetos de tamaño superior a un centímetro. En 2009 dos satélites, uno de ellos activo y el otro fuera de servicio, colisionaron en el espacio, creando más fragmentos peligrosos.
El pasado junio, los tripulantes de la Estación Espacial Internacional tuvieron que ser evacuados a las naves Soyuz acopladas a la Estación por el riesgo de colisión con fragmentos de basura espacial, que finalmente pasaron a 250 metros de la nave.
Así que no os extrañeis si dentro de unos años no podemos ver las estrellas porque nuestra propia basura nos lo impide, como siempre somos nosotros los que tenemos la última palabra.
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